miércoles, 27 de febrero de 2013

Peces que se muerden la cola


Resulta que en tiempos de crisis necesitamos ahorrar. Yo, por ejemplo, que esperaba con ansia las rebajas para renovar mi armario (es decir, ya era ahorradora pues no solía comprar si veía el cartel "New Collection"), este año me he conformado con mirar escaparates. Y no es que no me atrajeran determinados jerseys, vestidos o zapatos, es simplemente que cada vez que iba a entrar a una tienda pensaba "hay que ahorrar, ya paso con lo que tengo". Pero claro, dentro de la tienda había alguien con los dedos cruzados pensando "entra, compra, gasta, consume... o me quedo sin comer", porque si no se vende... para qué tener tiendas abiertas? si no se vende... para qué pagar un dependiente? si no se vende... para qué abrir un negocio?

Y es que esta es otra. Como no hay trabajo hay quien sugiere que seamos emprendedores. Que usemos los pocos ahorros que tenemos para lanzarnos a la piscina, abrir un pequeño negocio, emprender una aventura empresarial física o virtual. Pero claro, en tiempos de crisis ¿es el mejor momento para arriesgar? En un momento en que los clientes se aguantan las ganas de gastar ¿vale la pena invertir?

Y ahí estamos... inversión, crédito, préstamos... ¿de dónde sacar un dinero que es muy posible que se pierda? Una buena amiga mía trabaja en un banco. Su trabajo es ofrecer préstamos a pequeños empresarios. Ella misma me reconocía agobiada que mientras cruza los dedos para que sus clientes firmen  préstamos y ella pueda conservar su empleo, su conciencia sabe que la mayoría de las veces está empujando a alguien a una muerte financiera, pues muchos negocios que se están hundiendo no van a salvarse por conseguir un préstamo que les permita abrir unos meses más, meses que no valdrán para llegar al final de esta crisis. Le comenté: "así que tú eres uno de esos monstruos que empuja el pueblo a la ruina" y se encogió de hombros. ¿Qué quieres que haga? Si la gente no firma, el banco necesitará un rescate, si lo necesita, lo pagaremos entre todos, una vez más. 

Y así voy dándole vueltas al sistema, me pregunto como saldremos de ésta, porque saldremos, no me cabe duda... Bueno sí, dudas muchas: ¿cómo? ¿cuándo? ¿dónde?...