martes, 22 de junio de 2010

Solución de continuidad: el auge de las series a principios del S.XXI


Hace unos años sabíamos que muchas grandes películas tenían una segunda e incluso una tercera parte para aprovechar el filón de público que idolatraba la primera. Normalmente, y salvo honrosas excepciones como "El Imperio Contraataca", "Indiana Jones y la última cruzada" y unas pocas más, estas segundas partes apenas valían nada y pronto caían en el olvido. Muchas de ellas habría sido mejor que ni siquiera existieran pues llegaron a perjudicar el buen sabor de boca que habían dejado películas como "Matrix" o "Instinto Básico".


A principios del siglo XXI, la dinámica ha cambiado sustancialmente.
Cualquier buena película o incluso muchos buenos libros, debe formar parte de una serie para que se considere completa. Hoy ya no basta con calidad, se exige también cantidad: secuelas, precuelas, spin-offs...

Los creadores no pueden simplemente escribir una buena historia, deben enmarcarla en todo un mundo, un universo imaginario en el que todos los personajes estén lo mejor ubicados posible. El público quiere saberlo todo no dejar ningún asunto al azar.

En este marco, las series de televisión han encontrado su momento. Las mejores no es que tengan una segunda y una tercera temporada (como ya sucedía hace años), si no que pueden llegar a ser infinitas. Algunas han llegado a morir de éxito, han creado entre sus fans espectativas tan altas que no han sido capaces de mantener el nivel de calidad creado en sus primeros episodios y se han visto vilipendiadas y relegadas al olvido (léase "Heroes", con una brillante primera temporada y un absoluto fracaso en la segunda, o "Flash Forward" que no consiguió asentar los espectadores conseguidos en sus dos primeros capítulos). Hay quien cree que incluso uno de los grandes éxitos del momento, "Lost", terminó antes de lo previsto por el miedo de sus productores a perder el favor de su público, por lo que decidieron terminar su carrera cuando aún estaba en la cima del éxito, igual que sucede con los grandes deportistas.

Hay que señalar que no estamos ante un fenómeno totalmente novedoso. Hace años "Dallas", "Fama" o incluso "Verano Azul" arrasaron y tuvieron su momento, en un estilo muy distinto triunfaron también "V" y "Twin Peaks" entre otras. ¿Qué diferencia a las series de hoy de las que triunfaron hace años? La respuesta es obvia: las nuevas tecnologías. Piensen en sus amigos y conocidos. Había que ser muy freaky (aunque entonces no se usaba esta palabra) para comprarse una serie entera en VHS. De hecho, yo ya me sentí rarita por haber programado el vídeo para grabar el último capítulo de "California", que emitieron en un momento en que no podía estar en casa.

Hoy, comprarse una serie en DVD o descargarla de internet es de lo más normal. Y eso es una clave de su éxito. Resultaba difícil engancharse a una serie sin haber visto el primer capítulo. Algún amigo te lo explicaba y tu anotabas mentalmente no perderte el siguiente, pero difícilmente ibas a ver algún día aquel episodio inicial tan bueno. Si te lo perdías el día de emisión, no había remedio.


¿Y cómo saber si valía la pena verlo? Quizá algún crítico había hablado de la serie en un periódico, o en la radio. Podía ser que algún pariente que vivía en los USA comentara que allí era todo un éxito. Pero hoy, la información nos llega incluso antes que la serie se grabe. Gracias a internet sabemos todo lo que nos interesa y ya no debemos fiarnos sólo de los rumores. Además, podemos ver cada capítulo cuando queramos, en el soporte que nos resulte más cómodo y tantas veces como deseemos. Yo he llegado a entrar en youtube para ver repetida una determinada escena que me ha parecido crucial y cercionarme que era cierto aquello que recordaba haber visto u oído.

A la vez, internet permite ampliar el fenómeno fan hasta límites insospechados. Teorizar sobre lo que pasará o compartir opiniones sobre lo que ha pasado en cada capítulo con espectadores de todos los rincones del planeta resulta sencillo. Compartir es la clave.

Un fenómeno parecido puede observarse también en la literatura, los libros conforman series que, con un poco de suerte para sus autores, se convierten posteriormente en una serie de películas.

La cumbre parece que será "Juego de Tronos", la novela rio de George R.R. Martin, que transformará cada uno de sus libros en una temporada de una serie televisiva. ¡Y esto se ha decidido a falta de ver publicado los tres últimos libros de los siete que deben conformar el total de la colección!

Intento buscar un significado para esta exigencia de "cantidad" del público de hoy. ¿Quizá estamos tan acostumbrados a tenerlo todo que no entendemos que se nos niegue algo?

miércoles, 9 de junio de 2010

¿Los ricos gastan demasiado?



Recientemente han aparecido en la prensa diversas notícias referentes a la frivolidad de gastar demasiado en tiempos de crisis. La mayoría de estas informaciones son meras curiosidades o excentricidades de algunas celebrities, otras son críticas a lo que se supone una falta de consideración hacia los que no tienen ni para comer.

Así, se ha sabido que Angelina Jolie pagó 700 dólares por alquilar una habitación de hotel en la que pasó sólo dos horas para bañar a su hijo, o que Tom Cruise y Katie Holmes llevan invertida la friolera de 2 millones de euros en ropa para su hijita de sólo 3 años (http://www.jugala.com/2010/01/23/el-ranking-de-los-hijos-hijos-de-famosos-mas-gastadores/)


Por otra parte, Rama Yade, secretaria de Estado para el deporte en Francia, ha puesto el grito en el cielo al saber que la selección de futbol de su país se alojará durante el próximo Mundial en un hotel cuyas habitaciones cuestan una media de 589 euros la noche (
http://www.lavanguardia.es/deportes/noticias/20100608/53941770786/lio-por-el-hotel-de-los-bleus-francia-sudafrica-estado-jean-raymond-domenech-indico-fifa.html). Sin dejar el deporte rey, cabe añadir que los jugadores de la selección española cobrarán 30.000 euros cada uno sólo por su participación en el mundial, pudiendo llegar a los 214.000 en caso de hacerse con el título.

En los tiempos que corren muchos se ponen las manos en la cabeza ante estas desorbitadas cantidades. Pero... ¿qué tienen qué hacer las personas y entidades que disponen de dinero? ¿guardarlo, donarlo o gastarlo? Cada caso es distinto y sin duda habrá quien diga que no es lo mismo lo que hagan Brangelina (personas independientes que se han convertido en ricos a través de su trabajo y conocidos por sus multimillonarias aportaciones a organizaciones benéficas) que la Federación Española, entidad que, aunque poco, recibe dinero público, y que podría dedicar sus recursos a ofrecer servicios de forma gratuita a los más desfavorecidos.

Y es verdad que la selección genera ilusión, bien muy escaso. Y es verdad que la mayoría de sus fondos provienen de sus patrocinadores. Incluso es cierto también que muchos de sus patrocinadores no realizarían donaciones si la selección no ganara y que por tanto es necesario motivar a sus integrantes... Pero es que las cantidades que se manejan son absolutamente desorbitadas.

Todo ello conduce sólo a una conclusión: la globalización ha llegado a la economía, y no para bien. Hace años se definía la economía de los países subdesarrollados explicando que en ellos existía una clase alta minoritaria muy rica y una clase baja mayoritaria muy pobre, mientras que la clase media era prácticamente inexistente. Hoy, la economía mundial parece encaminarse a esta definición.


domingo, 6 de junio de 2010

Humos malos. Humos buenos.

El pasado lunes oí dos notícias de manera consecutiva en el telediario. Se trataba de la publicación de dos estudios realizados recientemente: en uno se asegura que hay mil casos nuevos de cáncer al año entre los trabajadores de la restauración de España; en el otro, se afirma que residir cerca de una central nuclear no supone ningún incremento en la posibilidad de contraer esta enfermedad.

Supongo, que no habría dado más importancia al tema si no fuera porque comentaron estos datos uno detrás del otro. Me hizo gracia al día siguiente ver que mi admiradísimo David Trueba coincidió conmigo en esta observación y escribió sobre ello en su artículo de opinión en El País, llegando a conclusiones similares a las que me pasaron a mi por la cabeza. (-->artículo Trueba)

Personalmente me empieza a resultar molesto que los resultados de estudios sean difundidos en los telediarios sin ofrecer todos los datos de la muestra en la que se han basado. No me gusta que absolutamente siempre, los resultados de los estudios estadísticos resulten favorables a los propósitos de la entidad que los encarga. Y también cansa el hecho que todos estos estudios apesten a manipulación de la opinión en favor de la decisiones políticas del momento.

Ahora que parece que va a aprobarse definitivamente la Ley que prohíbe fumar en lugares públicos aparece este estudio que avala la decisión tomada en esta dirección. Ahora que se ha aprobado la instalación de una central de tratamiento de residuos nucleares en España y que en breve se sabrá qué municipio tendrá el privilegio de acojerla, justo se demuestra que resulta inocua para sus habitantes. Me molesta. Me molesta mucho. Además, el apoyo de los medios de comunicación a este intento de manipulación es incomprensible. ¿Tanto costaría comparar estos estudios del Consejo de Seguridad Nuclear con los que Greenpeace ha publicado durante más de 20 años? Y, de esta manera, permitir que cada espectador decida libremente a quién cree. ¿Y esos camareros que contraen cáncer? ¿Fuman? ¿Fuman sus parejas, sus amigos, sus padres? ¿Realmente han contraído esta enfermedad sólo por el hecho de trabajar en un bar?

¿Es este periodismo tan parcial el único posible en el siglo XXI?


miércoles, 2 de junio de 2010

Mourinho: ¡Gracias por venir!






Lo de la afición del Barça es más que curioso. Resulta que su equipo rival de toda la vida ficha a uno de los mejores entrenadores del mundo pero a nadie le importa. Es más, hasta parece que los culés estén satisfechos con la llegada de Mourinho al Madrid, que les haga gracia que algunos denominen la operación "plan anti-Guardiola".

De hecho es comprensible, durante la temporada pasada si el Barça tuvo dos grandes escollos para conseguir sus objetivos estos fueron el Real Madrid en la Liga y el Inter de Mourinho en la Champions. Parece que en la próxima temporada sólo habrá una piedra en el camino, un rival en el que concentrar todos sus esfuerzos: el Madrid de Mourinho.

Mou es uno de estos personajes construidos a base de hacerse desagradable a todo el mundo. Arrogante, maleducado y, sobre todo, chulo. Al fin y al cabo la chulería es una característica que en Madrid se considera cualidad, así que posiblemente el portugués encaje a la perfección y encuentre allí miles de adeptos, no sólo a su estilo de fútbol (aburrido, pero resultón al fin y al cabo) si no a su carácter agrio. Tampoco resulta nada original ni del otro mundo. En las tertulias televisivas y reality show de los últimos años hay otros que han forjado su imagen en esta línea: ¿o no es Aída Nízar la versión “granhermanera” del flamante nuevo entrenador blanco? Gente que saca crédito a su antipatía consiguiendo gracias a ella una gran repercusión mediática. Ya se sabe, ¡todo vale!

Jose Mari dos Santos Félix Mourinho (tiene más nombres que si fuera infante de España) es realmente un anti-guardiola, pero no porque vaya a ser la roca contra la que se estrelle el entrenador blaugrana, si no porque es su contrario, la cara opuesta de la moneda, el yan del yin... Mou ha sido, y posiblemente será también en el Madrid, la imagen del equipo que entrena, su líder, un protagonista que quiere llevarse los méritos de todo aquello que se consiga ganar. Ya ha demostrado que poco le importa el club en el que milite, porque él piensa por y para si mismo. Guardiola en cambio, ha intentado pasar lo más desapercibido posible desde que llegó al Barça siendo todavía un niño. Como entrenador ha otorgado todo el mérito de las victorias a sus hombres y ha tenido la elegancia de mantenerse siempre en un segundo plano a pesar que realmente cada copa que ha otorgado al Barcelona la ha sentido como propia, pero no por ser su entrenador, si no por ser un barcelonista más, alguien que siente su sangre blaugrana.

Con la llegada de Mourinho y la partida de Pellegrini, un hombre que al final supo ganarse a su afición e incluso a las rivales, el Madrid completa un proyecto que es totalmente opuesto al del FCB. Un proyecto basado en comprar lo mejor, al precio que sea y juntarlo para demostrar que el dinero lo puede todo. La fórmula “wonderful barça” como se la ha llamado en determinada prensa extranjera, funciona a base de crear una cantera fuerte y consolidada con jugadores que se conozcan bien, que sepan cual es el juego de cada uno, que estén habituados a formar equipo, y se completa con algunos fichajes que cubran de manera brillante los huecos que puedan quedar. No se busca la excelencia individual, si no la colectiva. Como objetivo en un deporte de equipo, parece perfecto.

Son dos sistemas completamente distintos, como distinto va a ser el fútbol que desplieguen. Aunque como ya se ha demostrado en esta temporada 2009-2010 a veces los campeonatos merecerían tener dos ganadores. Porque no hay una sola fórmula para el éxito.

Y quizá por ello los seguidores culés están contentos con la llegada de Mou. Están ansiosos de saber si van a vencer contra el poderoso plan de Florentino (que sí, fracasó en el pasado, y volvió a hundirse en esta última temporada, pero ahora parece estar completo). Como si de un juego de ordenador se tratara, el Barça siente que va a batirse con el monstruo final y, orgulloso de las condiciones que le han llevado a llegar hasta aquí, está dispuesto a empezar la batalla.